miércoles, septiembre 26, 2007

Un año de secretos

El 17 de septiembre hizo un año que "Los Secretos de la Rosa" floreció. Y, como si se tratara de un verdadero rosal, ha crecido y evolucionado.

Por eso, quisiera agradeceros el simple hecho de que me leáis, sea en silencio o no, y sobre todo, quisiera dar gracias también a las personas que me apoyan tanto dentro como fuera de este blog.

Para cada uno de vosotros, un pastelito de la película Ghost World, con el que a mí se me hizo la boca agua:



Besos con pétalos,
Mun Light Doll

domingo, septiembre 23, 2007

¿Y si...?


La conciencia se desliza a través de mis párpados pesados, mientras yo me sumerjo en el sueño. Me he puesto ese camisón que tanto te gusta, porque sé que te veré y quiero estar lo mejor posible para ti.

Y puntual a nuestra cita onírica, allí estás tú. Me recibes primero con tu sonrisa de luna tallada, para después saludarme con tus brazos rebosantes de amor. Entonces nos envolvemos en cadenas de besos y caricias, hasta llegar al punto que tu piel de ángel es mi propia piel, y mi aliento es tu propia respiración.

Cuando has derramado toda tu alma en mí, me abrazas con fuerza contra tu pecho como si quisieras que me fusionara con tu corazón. Tus lágrimas son una lluvia lenta sobre mis mejillas; caen sobre mi pecho, y se metamorfosean en pétalos carmesí que componen una rosa.

Acaricio la flor como si fuera tu rostro, y a medida que la conciencia regresa a mis párpados desperezados, el tacto aterciopelado de la rosa sigue entre mis dedos. Y cuando despierto del todo, veo que la rosa sigue entre mis manos y en mi piel desnuda siguen frescas tus huellas amorosas. Entonces me pregunto: “¿y si…?”.


Mun, the Doll of the Rose

¿Y si durmieras? ¿Y si en tu sueño, soñaras? ¿Y si soñaras que ibas al cielo y allí recogías una extraña y hermosa flor? ¿Y si cuando despertaras tuvieras la flor en tu mano? Ah, ¿entonces qué? (Coleridge)

Fotografía: Ma rose morte, de In Memory of Other

martes, septiembre 18, 2007

Vida















Quiero que mi vida sea de ésas que se inmortalizan en un libro.

Me niego a ser una pieza más del engranaje. Un androide con un programa diario. O una actriz que acata el dictado del director.

De lunes a viernes. De 9 a 5. Y los domingos al Carrefour.
Esa vida no es para mí.

Cocina, limpieza, compra, niños. Casa.
No me hicieron para ello.

Quiero ser la guionista de mi vida. Quiero una vida especial, vivir un sueño materializado. Quiero una vida que sea mía.

Tal vez me la merezca.

Tal vez pida demasiado.


Mun, la Muñeca Cuentacuentos

Fotografía: Capture, de FaerieNymph

lunes, septiembre 17, 2007

Nº 0 Ícaro Incombustible

Me hace mucha ilusión comunicaros que el nº 0 de la revista Ícaro Incombustible está disponible para todo el mundo. Si queréis echarle un vistazo, podeís descargarlo pinchando en la imagen de abajo. No olvidéis que es un proyecto abierto, así que si queréis colaborar en él, no dudéis enviar vuestra solicitud a revistaindependiente@gmail.com. Podéis colaborar con cualquier poema, relato, artículo, reflexión, pintura, fotografía, dibujo, etc.

Saludos y besos a todos,
Mun Light Doll

miércoles, septiembre 12, 2007

Snowhite Queen















Dame esa manzana colorada,
teñida de tu verde veneno.
Tal vez cuando yo sea eliminada
serás la más bella de tu reino.

Dame esa manzana envenenada;
tu admiración corrupta al extremo.
Cuando a tu alrededor no haya nada
serás la más bella de tu reino.


Mun, the Snowhite Doll

Fotografía: Snow White, de SpectralFairy

martes, septiembre 11, 2007

1.502 defectos














Tengo 1.502 defectos.

Lo siento, vienen con el pack. Tal vez debería llevar una advertencia en la camiseta.

Así la decisión sería más sencilla:
Quien me quiera a su lado, puede quedarse.
Quien me quiera lejos, que ni se moleste en entrar.

Tengo 1.502 defectos. Por eso no enumero los vuestros. Porque uno de los míos es la humildad.


Mun, the Faulty Doll

Fotografía: Cuando nada vale nada ya, de A-sphyxia. Porque se lo prometí.

jueves, septiembre 06, 2007

Sábanas lavadas












Las sábanas lavadas
no pierden la memoria;
guardan en sus tejidos
los amores furtivos
de los que fueron testigos.

Las sábanas lavadas
sonríen embozadas.
Y si vuelvo a dormir en ellas
llegará a mi piel la marea
del secreto de tu cuerpo
(tu cuerpo de pecado),
y tendré un sueño enamorado
en el que la distancia
es sólo una pesadilla
sin sustancia.


Mun, Your Doll

Fotografía: Sheets in Wind, de RudiP

domingo, septiembre 02, 2007

Psique















La belleza era su mayor bendición, pero también su maldición. Su condena consistía en oír a cada momento lo hermosa que era. En su casa, en el metro, en clase, en el trabajo, por la calle o incluso en las tiendas cuando iba a comprar algo.

"¡Qué guapa eres!".

Ése era el mantra al que sus oídos estaban ligados, acompañado de miles de matices, que iban desde los ojos más maravillados hasta la sonrisa más lasciva, pasando por manos rebosando billetes.

Le era imposible hacer amistades; las mujeres la envidiaban demasiado y los hombres no tenían más intención que la de acostarse con ella. Por esto último, le era imposible también tener pareja.

Por su don, era famosa en toda la región. Sin embargo, nadie conocía su nombre ni su edad. Ni sus gustos ni aficiones. Ni sus ideas y opiniones. Ni sus deseos ni ambiciones personales. Sólo conocían su piel inmaculada, sus cabellos de sirena, sus ojos dulces y profundos, sus labios de cereza, su figura curvilínea y su perfecto rostro, que parecía esculpido a martillo y cincel.

Si hubieran podido, la hubieran expuesto en un museo.

Ella no era una mujer. Ni siquiera una persona. Sólo era una obra de arte a admirar.

Y un día, decidió acabar con ello.
-Quiero operarme -el tono gélido de su voz no casaba con la dulzura de su timbre.
El cirujano consideró aquel deseo incomprensible.
-¿Aumento de pecho?
-No. Quiero que me lo extirpe.
-¡Pero eso es una salvajada!
-Lo sé. Quiero una intervención quirúrgica completa.
-P-pero...
-Me da igual lo que me diga. Quiero que me extirpe los pechos, que me inyecte grasa en las caderas y en la cintura, que me baje los pómulos, me ensanche la nariz, me afine los labios y me inserte grasa también en los párpados inferiores.
-¡Pero eso es una aberración!
-Usted mismo. Si no me opera, me buscaré a otro o me lo haré yo misma.

Al cabo de un mes fue la intervención. Ella asistió con el cabello quemado, sin cejas y con las pestañas recortadas. El cirujano, tragando saliva, le preguntó si estaba segura de lo que iba a hacer. Ella, firme, respondió que sí.

Durante el transcurso de la operación el cirujano se sintió como si estuviera apuñalando un cuadro de Velázquez.

Al terminar, se sintió como un vándalo o un asesino a sueldo.

Al recuperarse de la anestesia, ella se sintió feliz. Por fin la gente vería en ella una persona y no una diosa. Salió a la calle, ilusionada con su nueva vida. Su rostro desfigurado resplandecía más que cuando era perfecto.

Pero nadie lo apreció.

Los "qué guapa eres" se convertían en gritos de horror cuando ella aparecía en el campo visual de los que fueron sus admiradores. Y cada grito apuñalaba su ilusión de ser una persona en lugar de un objeto de admiración. Se condenó a oír a cada momento lo fea que era. En su casa, en el metro, en clase, en el trabajo, por la calle o incluso en las tiendas cuando iba a comprar algo.

"¡Largo de aquí, monstruo!"

Ése era el mantra al que sus oídos estaban ligados, acompañado de miles de matices, que iban desde los ojos horrorizados hasta la risa más burlona, pasando por manos rebosando piedras.

Finalmente, decidió hacerles caso. Y huyó. Corría y corría durante días y noches interminables, buscando un lugar donde sólo oyera el silencio. No había tregua para descansar ni comer ni dormir. Sólo corría. Su cuerpo maltrecho se deshacía en sudor, hasta que no quedó nada de ella.

Sólo una mariposa ocupaba su lugar.


Mun, la Duendecilla Cuentacuentos

Fotografía: You are beautiful, de Trustxxme