Era una tacita de chocolate justo igual que ella: cálida, dulce e incitante. Servida en delicada porcelana. Y aun así, no le dio mala espina. Era así de ingenuo.
Ella se decidió a hacerlo, pero le entraron remordimientos en el último momento. Por eso no se molestó en echarle más azúcar para disimular el veneno. Era así de boba.
Ambos hacían una pareja ideal. Y tuvieron un final perfecto.
Mun, the Poisonous Doll
Dedicado a mi querido Bardo, con el que anoche me reté a hacer un microrrelato con estas tres palabras: "veneno", "espina" y "chocolate". Gracias por darle un chispazo a mi inspiración y por encontrarme.
Fotografía: Cup o' chocolate, de Serasaur
23 de noviembre de 2924
Hace 7 horas
6 recogieron sus pétalos:
Un honor hacer un reto contigo,
un placer encontrarte,
una delicia leerte,
una y otra vez.
Un abrazo, El Bardo.
Ya no pruebo más el chocolate. No está la cosa para fiarse de nadie.
Besos.
Trágico final para un dulce microrrelato :) Lo malo de estas pequeñas entradas es que estamos mal acostumbrados y todo nos parece poco ;)
Un besazo, preciosa!
muy chulo :) un microrrelato ocurrente, dulce, aunque más que azucar tiene un poquito de mala leche.
Un besazo, mi niña
pd. estoy a punto de pillarte (por fin!) con Nebuloso ... Muhahahaha :D
Puro sabor a microrrelato.
Un placer leerte Mun.
Un abrazo
Una rápida creacción que sin duda cumple el objetivo de despertar el ingenio. Ahora no lo dejes y sigue escribiendo!
D.P.- Por cierto te agrego como contacto, que ya es hora! XD
Publicar un comentario